Tras el profundo bache de este año, el Gobierno prevé empezar a salir pronto del túnel. Según el plan presupuestario que ha enviado este jueves a Bruselas, los ingresos públicos aumentarán en 33.447 millones en 2021, gracias al intenso rebote del PIB que se pronostica para el año que viene —aunque no suficiente para volver a la situación precrisis— y, en menor medida, a la introducción de nuevas figuras fiscales. Entre ellas, una subida del IVA hasta el 21% a las bebidas azucaradas, la introducción del impuesto al plástico, las tasas Google y Tobin y la nueva norma sobre el fraude fiscal, por un importe total de 6.847 millones de euros.
La pandemia ha obligado al Gobierno a aplazar la “profunda reforma fiscal” que planeaba poner en marcha cuando llegó a La Moncloa. Pero sí habrá ajustes fiscales el año que viene, como ya había anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Estos brindarán ingresos por valor de 6.847 millones en 2021 y 2.323 millones en 2022, según recoge el plan presupuestario que el Ejecutivo remitió a Bruselas este jueves. Si a esta cifra se resta el efecto de la nueva ley contra el fraude fiscal —que se prevé aporte unos 828 millones al año—, el impacto de las nuevas figuras fiscales ronda los 6.000 millones para 2021 y de unos 8.350 millones en el conjunto de los dos años.
El año que viene entrarán en vigor tanto el nuevo impuesto sobre determinados servicios digitales, más conocido como tasa Google, como el impuesto sobre transacciones financieras o tasa Tobin. Ambos acaban de recibir luz verde definitiva en el Senado y empezarán a funcionar en unos tres meses. El Gobierno calcula que con ellos recaudará unos 1.800 millones en conjunto.
El plan presupuestario también recoge una subida de los impuestos verdes. Varios organismos, desde la Comisión Europea al Banco de España o la OCDE, han recomendado tocar estas figuras para financiar parte de la recuperación. En España, la presión de estos tributos sobre el PIB es inferior a la de la media de la UE (del 1,8%, frente al 2,4%).
En concreto, el plan remitido a Bruselas prevé impulsar la fiscalidad medioambiental ?sin detallar cómo? para recaudar unos 1.311 millones en 2021. En materia de impuestos verdes, el plan presupuestario también contempla la creación del gravamen sobre envases de plástico de un solo uso, que ya ha superado el trámite de información pública tras haber sido aprobado el pasado junio por el Consejo de Ministros. Las previsiones de recaudación de esta nueva figura son de 491 millones de euros para 2021.
Otro cambio fiscal que verá la luz el año que viene, según los planes del Gobierno, es el incremento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas, que pasará del 10% al 21%. La medida ya se contemplaba en el acuerdo de coalición y brindará ingresos por 340 millones en 2021 y 60 millones en 2022. El plan presupuestario también recoge, sin explicarlas, una subida de los impuestos directos, previsiblemente en el IRPF de las rentas altas y en sociedades, con un impacto de 2.548 millones en los próximos dos años, y otra en los indirectos, con 1.724 millones.
Que dentro de la subida de impuestos directos va un ascenso del IRPF para las rentas más altas se puede deducir de la afirmación de que la subida permitirá “reforzar la progresividad del sistema impositivo”. Si eso se traduce en eliminar deducciones a las aportaciones a fondos de pensiones o en tipos marginales más altos para las mayores rentas no se aclara. Además, también se apunta a cambios en el impuesto de sociedades porque el documento señala que la recaudación aumentará por la subida de los beneficios y por la “adopción de ciertas medidas”, que tampoco se explican.
En cuanto a los impuestos indirectos tampoco hay muchas pistas aún. El documento señala que la recaudación crecerá por el “efecto de las medidas tributarias, que supondrán un incremento de la recaudación del IVA y de los Impuestos Especiales”. Se podría subir la imposición sobre el diésel o excluir en el IVA a algunos productos de los tipos reducidos pasándolos al general, como el Gobierno estudia hacer con la educación privada. Lo que dice el documento es que la subida será por “razones de equidad”, pero en su listado final prevé 1.500 millones extra en “otros impuestos“, en un capítulo en principio separado del IVA.
Más gasto público
Aun así, estos cambios fiscales no serán los principales responsables del repunte en los ingresos previsto para el año que viene, estimados en 33.447 millones de euros. Esa cifra, sin embargo, se reducirá en porcentaje sobre el PIB al 40,3%, frente al 41,7% de este año por la fuerte caída de la actividad.
El Gobierno, que remitió este jueves el plan presupuestario a tiempo pero trastocando la habitual liturgia presupuestaria —que prevé que antes se aprueben las cuentas y que luego Bruselas las corrija—, estima para el año que viene un rebote del PIB del 7,2% tras el derrumbe del 11,2% pronosticado para este año. Esta cifra, que se presentó la semana pasada en la actualización del cuadro macro, podría sin embargo verse empujada hacia cotas más elevadas gracias las ayudas europeas. La incorporación de más de 25.000 millones del primer tramo del fondo de reconstrucción llevaría el alza del PIB hasta el 9,8% en 2021. Gracias a este dinero extra, el año que viene también estará marcado por una subida sin precedentes del techo de gasto, de casi un 54% hasta los 196.000 millones de euros. La deuda, por otra parte, empezará a reducirse en 2021 al alcanzar el 117,4% del PIB frente al 118,8% de 2020.
Por el lado del gasto, el Gobierno estima que el desembolso público total aumentará en 2021 en 2.419 millones, aunque bajará con respecto al PIB del 53% al 48% en 2021 gracias a la mejora de la actividad. El plan presupuestario recoge también el impacto del aumento gradual del permiso de paternidad, que sube de 12 a 16 semanas, y del ingreso mínimo vital.
Gentileza de las Asesorías
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